domingo, 13 de julio de 2014

UNA ESTACIÓN MUY, MUY LEJANA...

Lo malo del comienzo de la semana es el primer madrugón. Si has dormido como el culo, cuando el despertador suena a las 05:40 horas ese sonido te sobresalta y poco te falta para acabar agarrado al techo cual “Hombre-Araña”. El peregrinaje al baño, medio dormido y refunfuñando se hace interminable. El ritual de aseo se lleva a cabo gracias a que lo tienes mecanizado en una rutina guardada en lo más profundo de tu subconsciente y te permite llevarlo a buen fin mientras tu mente todavía está inmersa en los vapores del sueño, de los pensamientos del tipo “por qué Señor no me hiciste rico; qué lejos quedan todavía las vacaciones; y mecagontodoloquesemenea”.

Al subir al coche, tu mente ya está más despejada, pero tu espíritu se reconforta al pensar en los más de treinta minutos que vas a estar pudiendo dormitar en el tren hasta la estación de Atocha. La esperanza crece al estar ya en el andén y ves venir el tren. Primer contratiempo: es uno de dos plazas y no tiene la distribución de asientos que tanto te gusta, dícese los asientos laterales cuya disposición te gusta tanto. No pasa nada, piensas, seguro que puedo dormir de todas formas y poder recuperar algo de sueño. Pero tus esperanzas de poder dormir empiezan a desmoronarse cual castillo de naipes al traspasar el umbral de la puerta del vagón y ver un montón de maletas apiladas junto a las escalerillas de bajada, segundo contratiempo. Un escalofrío recorre tu espalda ante lo que se avecina y una última esperanza se deja caer por tu mente “seguro que son un grupo de viejecitos que se van de viaje”. Pero tus esperanzas se van a hacer puñetas cuando enfilas la bajada y ves a un grupo de jovencitas que se van de vacaciones. Aquí ya empiezas a entrever que lo de dormir va a estar difícil y su realización va a estar al alcance sólo de los más avezados profesionales del sueño. ¡YO SOY UN PROFESIONAL DEL SUEÑO!! ¡ERES UN PROFESIONAL DEL SUEÑO!! ERES UN ESPARTANO DEL SUEÑO!! ¡EL MARC MARQUEZ DEL SUEÑO!! VAMOS, COPÓOOOOOON!!! te gritas en tu pensamiento para darte ánimos, y cuando te sientas y pillas la posición para que Morfeo te susurre en el oído y te de un beso de buen viaje en la frente (sólo un beso, que yo no soy de esos que se dejan hacer por Morfeo a las primeras de cambio, eh?). Pero la realidad te golpea en el cielo de la boca como un martillo pilón.

Nada puede luchar contra un grupo de jovencitas (¿14-16 años?) excitadas ante la perspectiva de emprender viaje de vacaciones. Un cóctel molotov de hormonas, nerviosismo, excitación, esperanzas de lo que van a hacer y, sobre todo, la insensatez y auténtica y soberana gilipollez mental que todos hemos sufrido a su edad. Confesiones del tipo “Fernando le dijo a Antonio que le gustaba pero que no quería nada serio conmigo (sólo te quiere para enterrar el cacahuete, bonita, y después si te he visto no me acuerdo hasta que me pique la cervical y quiera volver a enterrarlo), incontinencia verbal, recitar las gilipolleces que les llega al “quepasha”, esos momentos de arrancarse a cantar trozos de canciones (llévame esta noche a San Fernandooooo…). Todo esto ha contribuido a que no pueda conciliar el sueño ni Perry y, en mi caso, ha hecho que esté, en estos momentos, escribiendo esta crónica de la Renfe.

Estoy seguro de que a su edad era igual de gilipollas, pero en versión testosterona, que ellas. Que me importaba tres cojones si, gracias a mi excitación y a las ganas de llegar a mi destino, molestaba al resto del personal con mi “alegría” y seguro que más de un viajero me deseó lo mismo que yo les deseo a ellas: que se lo pasen bien, que tengan cuidado (sobre todo para no preocupar a esos viejos que les hace la vida imposible, que no las entienden, y que no dejan de llamarlas para saber si están bien), y que guarden todos los recuerdos que puedan ya que cuando lleguen a mi edad lo más seguro es que no tengan otra ocasión de volver a hacer una escapada de vacaciones... y que de paso les pille una cagarrina de tres días a modo de venganza por el viajecito que nos han brindado.

Que se lo pasen bien, que vuelvan… pero que me aspen si no me estoy cagando en sus puñeteros padres y acordándome del espermatozoide que fecundó el óvulo de la “pendeja” de su madre!!!


Bendita, e inconsciente juventud… LAMADREQUELASPARIÓ!!

martes, 8 de julio de 2014

PAPÁ ESTÁ EN LA LUNA.

La forma en la que permanecen con nosotros, en nuestra memoria, las personas que nos han dejado, ya sea porque se han alejado de nosotros o han pasado a la otra vida, dice mucho de nosotros. Un lugar, un aroma, una situación, una frase que repetía con asiduidad y que era la marca de la casa, una prenda, una moneda de aquel viaje que realizasteis juntos, ese plato que tanto os gustaba, una canción (vuestra canción)... Todas estas cosas hacen que aquella persona siga con nosotros, en nuestro recuerdo, acompañándonos, dando en cierta forma apoyo cuando nos sentimos abatidos, haciendo que volvamos a sonreír al recordarles cuando la tristeza clava sus garras sobre nosotros.

¿Pero cómo recordar a alguien del que no tienes recuerdos porque te ha dejado antes de que tengas conciencia y la capacidad de recordar? Es importante, indispensable, que esa persona, de alguna forma, permanezca con nosotros antes de que se diluya como el azúcar en nuestra memoria. Y la forma más enternecedora que he visto es la que utiliza mi hermana con mi sobrino para recordar a su padre, que nos dejó demasiado pronto y antes de que el "peque" tuviera capacidad de recordar. Una foto, en la que aparecen los tres: "mamita, papi y el nene", en el lenguaje propio del "peque" posibilita que le pueda poner cara a su padre. Y para que no se pierda nunca ese recuerdo, mi hermana le ha comunicado que "papá está en la luna", junto con Papá Noel (que le encanta). Así, cada vez que salen a la calle de noche Asier mira al cielo, buscando nuestro satélite, y señalándolo empieza a decir (traducción Asier--> Castellano) "¡La luna, la luna! Allí está papá con Papá Noel", para acto seguido empezar a cantar una canción que le enseñó mi hermana para la ocasión.

Ya habrá tiempo de explicarle dónde está papá, si es que quiere saberlo, y elegirá dónde quiere que esté (en el cielo, el paraíso, el Valhala, en la corriente cósmica, en la Fuerza, en la luna…). Por ahora, vigilante, su padre selenita sale todas las noches para saludar a su hijo y recordarle, a través de las palabras de su madre, que sigue con ellos.


Porque Papá está en la luna… Jorge está en la luna… Mi cuñado está en la luna. Junto a Papá Noel. 

miércoles, 4 de junio de 2014

El Ojo de Sauron

Cuando viajas en transporte público, y no eres uno de esos que están absortos con el Whatsapp, el Facebook, el CandyCrush o haciéndose Selfies si no que, cuando no estás leyendo, estás observando el mundo, puedes presenciar tanto cosas hermosas, extrañas y, cómo no, lo más horrendo.

Cosas hermosas, una niña preciosa durmiendo, con esa cara de paz y de seguridad que tienen los críos; el ver cómo un dibujante se ve inspirado por una mujer que aparece en el vagón y en un arrebato de genio dibuja un retrato a bolígrafo y se lo entrega a su musa justo cuando va a salir...

Cosas extrañas, el poder presenciar la metamorfosis que sufre las mujeres cuando pasan de ser una persona del montón a otra totalmente diferente a base de "chapa y pintura" en mitad del trayecto. 

Cosas horrendas, el presenciar hoy mismo, en el andén de la renfe mientras esperaba el tren, a un individuo que estaba reclinado sobre la barandilla, de espaldas a las vías, mientras leía ¡¡Y ENSEÑANDO LA HUCHA!!. Horrendo, estremecedor, ridículo. El pavo, de vez en cuando, se incorporaba, se intentaba subir el pantalón pero cuando volvía a la posición original oooootra vez el Ojo de Sauron amenazaba con salir a otear el mundo. La peña pasaba por detrás, quedaba impactada y se descojonaba de la risa, claro. Más de uno sentiría ganas de tirarse a la vía por sentirse ultrajado y mancillado por tamaña visión.

Señores, señoras, jóvenes y "jóvenas": los pantalones están para tapar piernas "cervical" y culo!! 

lunes, 21 de abril de 2014

MANUAL DE BUENAS MANERAS EN EL CIVIS

En esta vida hay normas de comportamiento, de buena conducta, de respeto, supervivencia, que no están escritas en ningún sitio pero que todo el mundo sabe que están y en mayor o menor medida las intentan llevar a cabo. Si entra una persona mayor le cedes el asiento, el dejar salir antes de entrar en el vagón (si no quieres ser arrollado por Boby que sale en modo Panzer Ausf. IV)...

Una de esas normas, la más básica, la piedra filosofal de las normas no escritas en el Cercanías, Metro o autobús es aquella que reza así:

- Entrando el sujeto A al vagón y encontrarse con el sujeto B, al que conoce porque es compañero de trabajo, amigo de toda la vida, hermano, primo o cuñado, y este se encuentra en estado de reposo por las horas que son (en torno a las 06:00 horas) es de buena educación, si no obligatorio, dejar al sujeto B descansar hasta la parada para evitar malas caras, conversaciones violentas y cortantes y silencios por los que una oleada de ángeles emularía los raids de la Luftwaffe contra Londres.

Y esto lo digo y lo cimento en base a lo que he presenciado esta mañana, en el vagón del cercanías camino a Chamartín, donde siempre nos encontramos los mismos. Una señora, aprovechando la esquinita, reposa su cabeza y cierra los ojos para poder ahorrar vista. Hasta aquí todo normal: la señora durmiendo, servidor ahorrando vista, el vagón en casi silencio... hasta que de repente escucho un "Buenos días!!". Aquí pensé "Ay dios que me van a joder la siesta". Abro los ojos con cuidado y veo a una señora plantada delante de la pobre que estaba durmiendo, totalmente asustada.

El peso que se me quitó de encima es comprensible (me había librado de tener que dar conversación a tempranas horas cuando sólo tenía ganas de descansar los 30 minutos del trayecto). La conversación que siguió entre las dos mujeres es un fiel reflejo de lo que indico en la ley (malas caras, conversaciones violentas y cortantes y silencios)... Yo mirando hasta que llegó un momento en que ganó el de siempre: Morfeo. Las dos mujeres se quedaron plácidamente dormidas y por fin la paz reinó en mi rinconcito de vagón hasta llegar a Chamartín.

Recordad: las leyes están para cumplirlas; y más las no escritas :). Cumplidlas o iréis al calabozo del vagón!!! (Faemino y Cansado)

lunes, 24 de marzo de 2014

ASTRONOMÍA A PIÉ DE ANDÉN... DE RENFE.



Hallándose un protoplaneta humano (es decir yo), en órbita estacionaria e inamovible a escasos 40 centímetros de una papelera en un ladito del andén, con el resto libre para el paso, es seguro que algún asteroide, aerolito o bólido de "dos patas" intentará pasar por detrás entre el protoplaneta y la papelera en lo que se llama el teorema de "por ahí quepo por mis cationes", provocando una fricción al pasar al darse cuenta de que no cabe holgadamente y al no poder detenerse debido a la velocidad y el empecinamiento de su acción.

También se da por cierta la situación por la cual, y debido a la incipiente adquisición de gravedad propia, asteroides, aerolitos y bólidos "bípedos", a pesar de tener más de dos metros de andén libre, pasarán rozando al protoplaneta en lo que se conoce como el efecto Golden Axe (desodorante que me echo en el pechín).

Estudios recientes defienden que quizá, algún día, el protoplaneta le de por expandirse en una formación conocida como croissant por la que debido a movimientos tectónicos provocan el afloramiento de dos brazos que asemejan la forma de los extremos de un croissant haciendo que los asteroides, aerolitos y bólidos de "dos patas" choquen de forma dramática contra ellos y que salgan despedidos en direcciones aleatorias por el espacio acotado del andén.


jueves, 27 de febrero de 2014

BRIDGE MAN. EL ORIGEN.- 3 de febrero

Hoy toca Renfe. Por todos es sabido que en el transporte público siempre están los listos, los jetas, los carotas que se aprovechan de cualquier despiste o de cualquier resquicio para evitar pagar o, al menos, pagar menos del billete normal para llegar a su destino.

Una de estas actividades, al menos en el Cercanías, es el método "puente" y no es más que usar al de delante, para pegarse a él y salir sin tener que picar el billete en el torno de salida. Esta práctica me repatea los higadillos. Lo mismo soy tonto o no tengo razón, pero me indigna verlo y más si soy el usado como puente. Ya me ocurrió una vez que a un señor le di un codazo (no me di cuenta de que estaba detrás) porque el buen señor me utilizó para pasar por la cara. No dijo nada, faltaría más. En otra ocasión salí tarifando con una señora que repetía que su billete era legal... hasta que le dije si quería comprobarlo en la ventanilla de la estación, momento en el que salió por patas.

La última, la semana pasada. Siempre que voy a salir por el torno, una de dos o me quedo de los últimos o paso mirando hacia atrás para ver si el que me sigue va a picar con su propio billete, porque siempre hay alguno con complejo de ninja, que se esconde a mi sombra, para poder pasar por la filosa. Pues bien, en esta ocasión tuve la suerte de salir de los primeros del vagón y llegar de los primeros al torno. Al picar con mi abono y mirar hacia atrás vi cómo un barbas (no se si era musulman, hipster o barbudo a secas) hacía amago de hacer el puentecito de marras. En este punto, tras franquear las puertas, me di la vuelta y me le quedé mirando con cara de "si tienes cojones pasa". El barbasbás se me queda mirando con cara de "qué hago??".

La estampa es cojonuda: yo mirando al pollo, el pollo que no sabe qué hacer, las puertas que no se cierran, yo dando un pasito para atrás, las puertas que se siguen sin cerrar, las miradas que siguen, otro pasito para atrás María (Ricky Martin in the house) y las puertas que se cierran. Le hago un gesto con la cabeza a modo de "ahí te quedas gilipollas" y me voy para casa.

La Renfe es una jungla y yo debo ser el rinoceronte que usan los pajaritos para pasar desapercibidos a los ojos de los seguratas (que por cierto, se pringan menos que una mantequilla de acero).

lunes, 24 de febrero de 2014

"BRIDGE MAN" ATACA DE NUEVO

Ya en una ocasión precedente comenté la cara que le echan los ciudadanos a la hora de viajar en el Metro o en el Cercanías, que es lo que utilizo habitualmente, y más a la hora de hacer el "puentecito" (me pego al de delante para poder entrar/salir por la cara). Pues bien, ayer me volvió a ocurrir la misma situación. 

Al llegar a los tornos de salida pico el abono para salir y miro de reojo para ver qué va a hacer el de detrás. Veo que va a meter el billete pero, en un momento, se arrepiente y quiere pasar detrás de mi... La misma situación, me le quedo mirando y él me mira. Lo que pasó a continuación es lo que me descoloca:

El Cara: - ¿Qué paaaasa? ¡¡Que tengo mi billeeeeete!!

Yo: - Pues pica el billete.

El Cara, tras picar el billete: - Que tenía mi billete, tío.

Yo: - ¿Pues si tienes tu billete para qué quieres pasar sin picar?

Posibles explicaciones que, ahora con la mente fría, se me ocurren tres posibles:

1.- Se iba cagando y no llegaba, por lo que prefirió no esperar 10 segundos a que se cerraran las puertas e intentar pasar por la cara.

2.- Se había dejado las lentejas en el fuego.

3.- Me da pereza meter el billete y el gordaco de delante me va a facilitar el tener que meterlo, que tengo un uñero y me está martirizando...

El caso es que, al salir de la estación, otro "muchacho" me echó la bronca diciendo "es que no se puede ser así, hombre!!". Es decir, que tengo que dejar que alguien me utilice para pasar por la cara, no pagar o pagar menos que el resto de los mortales y si no lo hago soy una mala persona. Pero si lo hago es que soy un tío genial que ayuda al prójimo... Lo mismo estoy equivocado en mi actitud de no dejar que me usen de rinoceronte para pasar la frontera. 

Pero vamos, que no me extraña que los españoles tengamos la fama de caras y aprovechados en el resto de Europa.